Prueba Ducati Scrambler Cafe Racer, auténtico espresso

Nos subimos al modelo más deportivo de la familia Scrambler, la Ducati Scrambler Cafe Racer, en una prueba 50% café – 50%racer.

La familia Scrambler de Ducati, desde su aparición en 2014, ha ido aumentando hasta llegar a los 6 integrantes actuales, desde la llegada de sus dos últimos lanzamientos, la Desert Sled y la Cafe Racer. Esta última, aunque mantiene la denominación Scrambler, ha abandonado por completo cualquier resquicio que invite a un uso mixto, para adoptar un estilo totalmente asfáltico. Actualmente se postula como única representante cafe racer dentro del catálogo boloñés con permiso, eso sí, de la sempiterna Monster que, en nuestra opinión, ha encarnado siempre a la perfección los cánones cafe. Sin embrago, la Scrambler Cafe Racer viene acompañada de una atractiva imagen retro, siguiendo las últimas tendencias del momento.

Disponible en una única decoración, que combina el negro con ligeras pinceladas en dorado, está plagada de detalles que mezclan la tradición cafe racer, con la modernidad de un modelo de s. XXI. Desde los semi manillares con los retrovisores anclados en sus puntas, la iluminación led delante y detrás, las placas laterales con sendos 54s (en homenaje a Bruno Spaggiari), la instrumentación LCD, la tapa del colín en un asiento a dos alturas, hasta la toma de corriente USB debajo del mismo.

La pinza monobloque Brembo M4-32, accionada por una bomba de freno radial, demuestra un rendimiento más que suficiente para parar los 188 kg

Comparte con el resto de la gama chasis, basculante y propulsor, adoptando en este caso unas geometrías adecuadas a un uso algo más deportivo. Su menor distancia entre ejes, avance y lanzamiento (1,436 mm/ 93.9 mm/ 21.8° frente a 1,445 mm/ 112 mm/ 24°), acompañado de una llanta delantera de 17” y un equipo de suspensiones Kayaba, con reglajes más asfálticos, ayudan a que sea más ágil en los cambios de dirección. También favorecen, en este sentido, sus reducidas dimensiones que, si bien inicialmente pueden parecer un hándicap (para pilotos de talla grande), se convierten inmediatamente en virtud.

La frenada se confía a un solo disco semi flotante de 330mm, en la parte delantera. La pinza monobloque Brembo M4-32, accionada por una bomba de freno radial, demuestra un rendimiento más que suficiente para parar los 188 kg declarados. El sistema ABS firmado por Bosch, remata el apartado.

Cafeteando

Ya en marcha, podemos definirla como una moto fácil, sin complicaciones y muy divertida. Sorprende, en un primer momento, su tacto suave comparándolo con la tosquedad característica de la marca en otras épocas, algo que llegó a despertarnos cierta morriña.

De café en café, la moto es objeto de todas las miradas.

La entrega de potencia de su propulsor se ha suavizado con respecto a las primeras Scrambler y los 75 CV del bicilíndrico de aire de 803 cc, son fácilmente dosificables. La adaptación a la normativa EURO4, la ha convertido en una moto bastante silenciosa, aunque eso no evita que el suave rugido de su doble Termignoni, junto con los petardeaos que nos obsequia en las reducciones, consigan hacernos esbozar más de una sonrisa.

Una vez encima de ella la postura no es nada radical. Los semi manillares anclados por debajo de la tija, están levemente sobre elevados, evitando que nuestras muñecas sufran más de lo necesario. Quizás la única queja, sea el excesivo mullido de su asiento, llegando a resultar algo incómodo tras un uso prolongado.

El primer contacto ella es por ciudad donde, gracias a las contenidas dimensiones que comentábamos, se mueve con mucha soltura y agilidad entre el tráfico urbano. Los retrovisores, anclados a la parte exterior de los semi manillares, ofrecen una buena visibilidad y no entorpecen demasiado al pasar entre coches.

De café en café, la moto es objeto de todas las miradas y, en alguna ocasión, también conseguimos serlo nosotros al no ser capaces de desplegar la pata de cabra, algo retrasada y poco accesible.

Racer Explosion

Durante los días que pasamos junto a la Ducati Scrambler Cafe Racer, aprovechamos la celebración del Racer Explosion para acercarnos al mítico Circuito del Jarama y dar unas vueltas al trazado, acompañados de un gran número de motos clásicas.

Está claro que no es una moto concebida para un uso intensivo en circuito, sin embargo, su comportamiento en un medio tan exigente como este estuvo totalmente a la altura. Su motor es más que suficiente para rodar a un ritmo alegre y su actualizada parte ciclo, acompañada de los Pirelli Diablo Rosso II, que monta de serie, ayudan a negociar los virajes del trazado madrileño sin preocupaciones.

Tener la oportunidad de rodar en una pista tan mítica como el Jarama, con una moto que despide este aroma clásico y con la efectividad de una moto moderna, fue toda una experiencia.

El embrague anti rebote (de serie), se mostró de gran utilidad al permitirnos reducir marchas de manera drástica, al final de la recta de meta, sin miedo a bloquear la rueda trasera. Unas estriberas algo bajas revelan que estamos fuera del entorno para el que ha sido creada, pero juegan a su favor, y al de nuestras rodillas, el resto del día.

Sin duda su hábitat natural, dónde poder disfrutar más con esta moto, son las reviradas carreteras de curvas. Pero tener la oportunidad de rodar en una pista tan mítica como el Jarama, con una moto que despide este aroma clásico y con la efectividad de una moto moderna, fue toda una experiencia.

La Ducati Scrambler Cafe Racer es una de esas motos que, cuando te subes por primera vez a ella, te da la sensación de que lleváis toda la vida juntos. Y cuando te bajas por última vez, te deja un buen sabor de boca, como ocurre con el mejor espresso italiano. Fácil y divertida, tanto para aquellos que se inician con una “moto grande”, como para pilotos con experiencia. Es tan polivalente como muchas naked actuales, con el añadido de su atractiva imagen vintage. Y, para aquellos que busquen añadir un grado de personalización, como ocurre con el resto de la gama Scrambler, Ducati pone a su disposición un gran número de accesorios para darle un toque más personal a su “pequeña cafetera”.


FICHA TÉCNICA


Agradecimientos: Circuito del Jarama
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